Hoy, en el Día de la Familia y en nuestro aniversario de boda, quiero compartir algo especial.
Una canción que nació del corazón, de las noches sin dormir, de los días caóticos, de los abrazos apurados… pero sobre todo, del amor.
Ese amor que no es perfecto, pero sí real.
Ese amor que construye hogar, aunque no siempre tenga las respuestas.
Esta canción es para ti, César —compañero de camino, de luchas y de sueños—
Para María y Dylan —nuestros regalos más grandes, nuestros maestros pequeños—
Y para todas las familias que nos rodean, de esta red invisible que nos sostiene cuando tambaleamos y que celebra con nosotros cada paso.
Porque ser familia es también ser comunidad.
Es perdonar, sostener, confiar, reír aunque cueste.
Es recordar que lo mejor habita en lo cotidiano: en una merienda compartida, en una conversación honesta, en los silencios que no necesitan explicación.
Gracias por ser parte de esta historia.
Gracias por seguir creyendo, aún cuando no es fácil.
Aquí os dejo esta canción, como un pequeño homenaje a lo que somos, y a lo que construimos, cada día, con amor y fe.
Con todo mi cariño, mamá que escribe, hace canciones y agradece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario