La habitación, la ropita,... en fin, lo que cualquier mami o papi se pone a hacer cuando va a venir una peque. Pero María tiene, como yo digo a veces, "la desgracia de tener papis maestros", así que cuando veíamos un cuento que nos gustaba también nos hacíamos con ello.

María fue creciendo y el libro, como otros cuantos, está en su pequeña biblioteca. Una a su altura a la que le es muy fácil acceder.
Tal y como pone este libro "desde la suave piel de las ovejitas hasta la aterciopelada capa de los Reyes Magos, este libro con texturas es una preciosa intorducción a la historia del nacimiento de Jesús para los más pequeños".
A María le gustaba, así que cuando lo cogíamos mamá se lo leía a su manera y a la vez que jugábamos con las texturas le añadía algo más al libro.
Llegó la Navidad y este año con mayor ilusión preparamos la casa para estas fiestas. Nuestra sorpresa fue que cuando sacamos las figuras de nuestro Misterio para montar el belén María dijo asombrada: ¡El niño Jesús!. Y eso me hizo ver que las cosas muchas veces son más fáciles de lo que creemos.
Seguimos leyendo el libro cuando María lo coge y mami le sigue añadiendo más cosas. Se trata de que cada día que lo "leamos" y "lo sintamos" preparemos la Navidad.
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